Queridos contertulios,
No quiero ser pájaro de mal agüero, pero hay que cuidar la compostura. Esto es complicado, yo lo se. Imagínense lo que es criar a dos diablillos como los que me tocaron, uno de los cuales pronto va a ser más mayor que el Carlos, y aún sigue en casa!. Bueno, igual lo queremos al José. Por esto digo, no será que nos estamos pillando los dedos con una tontería?. Para empezar, los comienzos, los intermedios y los finales siempre van al mismo lugar y es la historia entera. Cuando le leía cuentos al Francisco, porque a él le encantaba que le leyera cuentos, era muy instruido desde pequeño, siempre la historia podía intuirse desde el principio. Pero claro, esto precisa de entrenamiento, porque no son lo mismo las historias de príncipes que las de enanos. Los enanos pueden ser malos o buenos, por ejemplo. Si los acompaña una muchachita simpática y cantarina suelen ser buenos. Pero bueno, estos son secretillos de profesión. Por eso les digo a los dos, tal vez el problema esta en qué no hay que buscar solamente en unos simbolillos de allá del principio, tal vez necesitemos también buscar cosas de más adelante en la historia. Como con los enanos. Por ejemplo, si en la mitad del bosque aparece un lobo, bueno, pues lo tenemos negro! En ese caso yo recomendaría rociarnos los cuerpos con esencia de oso en celo, dicen que es muy repelente de lobos de cuento. Esto mismo habría que saber sobre el peronismo en Argentina. Pero si no sabemos que la historia empieza con una niña inocente, vestida de rojo, saliendo para casa de la abuela, bueno, sabemos poco y nada de donde podemos equivocarnos.
Sencillo no es, claro, pero bueno, parir a dos bestias como el José y el Francisco tampoco es fue algo sencillo, y se hizo, y ahí andan sacando pelo!. Espero haber sido clara. No soy la más erudita pero les aseguro que tengo muchas batallas ganadas.
Un besico para todos ustedes y para todos los que me leen!
Saludos,
Dolores
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