martes, julio 22, 2008

La 125, Cobos, los consensos y la gobernabilidad.

8668652

Autor: aca


Estoy con muchas cosas y la verdad con muy poco tiempo para dejar comentarios en el blog, por lo que no he podido escribir sobre lo sucedido con Cobos, el Senado y todo esto, como me hubiera gustado. Pero bueno, aquí vamos con alguna idea.


Sobre la decisión de Cobos…


La decisión personal de Cobos, su filosofía interior, su malestar moral o ético no es algo que realmente me preocupe como ciudadano. Lo que me preocupa es que cumpla correctamente dentro de un plan de Gobierno, que es para lo que fue elegido. Obviamente con esto dejo entrever que estoy en desacuerdo con la decisión del Vicepresidente de la Nación. A pesar de que comparto de que el tema de los consensos estaba complicado, su función no creo que sea la de evaluar eso. El fue elegido como Vicepresidente, dentro del marco de un proyecto que viene desarrollando el Peronismo desde la caída de De la Rúa, mejor o peor, eso no viene al caso. Lo que sí viene al caso, es que esta medida fue impulsada desde el Ejecutivo al Parlamento, por ende es completamente absurdo, y menos mal que uno como argentino tiene una gran adaptación al absurdo, que sea el mismo ejecutivo el que vete su propio proyecto. Entiendo hasta que pueda haber diferencias entre Vice y Presidente en el caso de proyectos que no sean enviados por el propio Ejecutivo, pero que el Ejecutivo se vete a sí mismo es algo tan paradójico como el subte perdiéndose en la cinta de moebius.



Sobre los consensos…


La cuestión de los consensos es una pata importante de todo el debate. Me parece, como ya he dejado claro en otros post, que el Gobierno se equivocó y mucho en la forma de llevar el conflicto desde el inicio. Pero acá no hubo un problema de contenido, acá existió un problema de formas. Calculo que los asesores de Cristina ahora deben estar buscando trabajo, porque yo si fuera ella es lo que les diría que hagan. Pero volviendo a los consensos es interesante como el Vicepresidentealegó un problema de consensos para inclinarse para un determinado lugar. Si uno tiene conflictos internos a nivel ético, o se queda al margen y deja que otro decida o acepta la voluntad de la mayoría. La mayoría en la cámara de Diputados había dejado claro que el proyecto necesitaba modificaciones, que se hicieron pertinentemente (y que alegraron a una gran parte de la Federación Agraria primeramente. Entonces, si la cámara de Senadores se encuentra empatada, 50% por el NO pero también 50% por el SÍ, entiendo que la mayoría que se encontró en Diputados debería haber mandado. No, el país está dividido, y entonces yo no voy a votar afirmativamente, votar por la negativa es tan injusto como votar por la afirmativa. Esta es la clásica conflictividad ejecutiva del prototipo radical que frente a un problema, no asume que tome la decisión que tome el problema no se va a borrar, y entonces doy marcha atrás.



Una oposición sin política opuesta a un proyecto por pura dramaturgia.


Desde la crisis que saco a De la Rúa en helicóptero, cualquier oposición al PJ se quedó sin política. La extrema derecha en todas sus formas se quedó en un discurso reivindicativo de los 90´s que poco tenía que ver con lo que pasaba en el país, el radicalismo huido en helicóptero y Lilita con el disco rayado de la crisis moral y el gran derrumbamiento, que se venía escuchando desde las primeras críticas a Cavallo. En ese clima, el PJ se comió toda la política, así y sin más. No por autoritario, por las malas lecturas del resto de las fuerzas. Cuando apareció este conflicto fue como darle vida a un montón de fuerzas que se habían quedado sin ideas. La aprovecharon para revivir. Ninguna crítica con eso, la vida política es así. Pero habría que ser un poco más honestos a nivel legislativo. Si el Ejecutivo hubiera tenido la iniciativa parlamentaria en tiempo y forma este proyecto hubiera pasado sin generar ningún conflicto. Ahora vamos a tener la ley del 35% para todo el mundo, que es mucho más regresivo que la que se estaba tratando de implementar. Absurdos varios.



Del Gobierno a la gobernabilidad…


El Gobierno pago el costo de haber hecho una pésima lectura de cuáles eran sus recursos políticos para bancar este proyecto. Evidentemente, faltaban recursos políticos para implementar el impuesto sin que pase por el Parlamento. De haberlo hecho, claro, habría que haber extendido la mano hacia Intendentes y Gobernadores, algo que el Ejecutivo pensó que podía obviarse. Mala lectura. Luego se pensó que ganar la calle era la solución frente al campo, esta pulseada no sé qué ganador arrojó, pero fue otra mala lectura para resolver el conflicto. Luego se pensó en formalizar lo que se ibaa hacer con el dinero y en dar alguna medida compensatoria a los pequeños productores. Cómo puede ser que ningún asesor le haya dicho a Cristina que mande e proyecto al Congreso para su tratamiento y que de esa forma se granjee de su voluntad de consenso. Absurdo y mala lectura. El último error fue pensar que por mandar el proyecto tantos meses después y con tanta prensa en contra, tanta calle en contra, con una oposición profundamente vacía de política más allá del conflicto y con un Congreso que no ha tenido nada interesante para decir en los último 6 años, iba a contar con los apoyos necesarios. Casi le sale bien, pero creo que también hubiera sido negativo que salga la ley con bajo apoyo en las cámaras. Que la ley salga hubiera implicado, por un lado, un proyecto con mayor consenso que la actual del 35% que fue del Ejecutivo y no tuvo tratamiento en el Congreso y por otro, que luego de un conflicto sectorial tan acalorado y tan duradero, que salga una ley que sin tanta calle previa se hubiera aprobado de igual forma, daba un poco más de sentido institucional y respaldo de gobernabilidad de cara al futuro. Ahora tenemos un gobierno que se ha desgastado inútilmente, que ha perdido recursos políticos y recaudatorios y aún nos quedas 3,5 años por delante.



No tengo ninguna conclusión más que una pena profunda por tanto ladrido que nos ha dejado en el mismo lugar que hace muchos meses atrás, con inflación creada por el mismo problema, con más pobres y con un conflicto político que no tiene precedentes desde el 2001. Y todo eso por un 10%, que luego de tanta discusión, finalmente solo iba a afectar a los campos con mayor tonelaje de producción anual. Mucho ruido para problemas tan chicos.