Parece ser que el conflicto llegó a su fin. Después de 20 días de tener paralizado al país, de llenar la Plaza de Mayo en contra del paro, de haber anunciado las medidas segmentadas que se reclamaban (y que deberían haber estado presentes desde un primer momento), ya era hora de que se terminase. Esta olvidada novia, tan pero tan olvidada en estos tiempos, no se preocupa tanto de la finalización del conflicto como de la dureza de las medidas tomadas por un sector reducido del arco político Argentino. Como ya hemos dicho, acá no se juega la continuidad del gobierno, por la tipología del mismo, por los consensos actuales de gobernabilidad y por la reciente consulta popular que lo erigió al poder, pero sí se juega, en este contrapunto violento, el proyecto al que vamos a adherir todos los argentinos. Esperemos que la próxima batalla nos encuentre más lúcidos a todos los que realmente nos importa que todo el país en su conjunto salga a flote.
saludos,
Hector Casa
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