viernes, febrero 29, 2008

Degluti a un consumidor

mac consumismo
Autor: aca

Echadas en el umbral de la noche, peleaban histéricas, dos sombras. En los pasillos nocturnos de una feria de felicidades. Rien los que compran, pelean los que buscan. Comen y visten. Sus deseos han sido absorbidos y aceptados. Ahora no quieren comer, quieren el menu uno. Ya no buscan vestirse, buscan unos Dolce Garbanzo. Ya nos son vecinos, amigos, paisanos, conocidos. Ahora son anónimos, consumidores que no van a la búsqueda de un cinturón para que no se les caiga el pantalón, buscan un cinturón para adornar el pantalón, que tenga unos brillitos aca, que sea de un cuero marron ¿puede ser? ¿y no lo tenés con los agujeritos enchapados?.


Me he deglutido a un consumidor. No se su nombre, tampoco importa. Había salido de un negocio, tenía cinco bolsas en la mano. Estaba entrando a otro comercio. Basta. Te como. No lo resisto. Le dije que iba a hacerlo feliz. Yo consumiré por él, ya no deberá perder más el tiempo de negocio en negocio. Será libre. Yo lo consumi. Consumiré a todos los compulsivos embolsados que no resisten ver una vidriera sin caer en la pregunta, en la billetera, en la tarjeta.


Pienso que consumir a un consumista puede generar una contradicción socio-universal. Pienso en esa vaca transformada en Mc payaso. Creo que ha comido un menú numero dos. Me repite el consumo. El nivel de entropía generado por el círculo vicioso de un consumista consumiendo a otro consumista tal vez sea la solución para terminar de una vez por todas con esta deformación de las necesidades.


consumo cerebro
Fuente: aca


Te estoy observando. Hay que entenderlo. El dinero no compra la posibilidad de comprar. El dinero compra un objeto, una relación objetual, un abstracto. El dinero no da derecho a comprarlo. El dinero representa en abstracto, el derecho de unos pocos a diferenciarse y distanciarse. Consumimos para acortar esa brecha. Ser el uno dorado. Pero en ese consumo asumimos, inevitablemente, que tienen derecho a expulsarnos del Edén, compramos aceptando SU idea de valor.



Soy un deglutidor atrincherado contra el sistema de consumo. Me he deglutido a una víctima. Ahora somos dos. Mi lucha, ciertamente, no esta vendada por ilusiones plásticas ni idealistas. Hoy soy la acción de comerme al compulsivo, para que aunque sea metafóricamente quede más para el que no dejan comer.


Hoy degluto al que busca la diferencia en nuevas y desconocidas y preformateadas adquisiciones. Hoy tengo hambre y sed de voluntades compulsivas de consumo.

Mañana espero no poder ya comerlos. Mañana no vamos a diferenciarnos por lo que compramos.


Salu2

Hector

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